domingo, 28 de octubre de 2012

¿?




Me he mal acostumbrado, por desgracia, a manejarme a través de inspiraciones. ¡Pero hay algo peor!… me he dado cuenta de que esas inspiraciones en su mayoría  son simplemente mis sentimientos… los de mala gana, los de pasión, los de enojo… los de impotencia… tristeza, melancolía, nostalgia, bronca, angustia. Yo no quiero que sean ellos los que me inspiren…. ¡No quiero!
Y volteo a mirar en mi mente. Como si pudiera ver hacia atrás, un atrás muy abstracto, pero posible. Volteo y trato de ver, a todos esos poetas que escribían y siguen escribiendo en las mentes de los que leemos sus letras, leemos también sentimientos,  sentimos sus pasiones, sus tristezas, sus inspiraciones propias… y las que nos crean.
Al voltear a verlos, allí tan sublimes, tan príncipes de su arte, tan dueños de lo perfecto…pienso. Pienso en todo eso que ya hemos perdido: la perfección de escribir. Pero de escribirlo todo: por completo. Escribir hasta lo que no se puede escribir y aún así lograrlo. Plasmar en simples y en complejas  palabras, en las ubicaciones, en las sonoridades, en las entonaciones… en las connotaciones, en la creación efímeramente eterna y perfecta… plasmar todo aquello que se puede sentir/ver/oír/soñar/degustar/tocar/creer
(Y yo que pensaba que lo que escribía era una “escritura”… en el sentido de que esa “escritura” tenía algo de digno… algo digno de ser “escritura”.)

Y pasando… y pasando el tiempo.
Y viendo… y mirando (también el tiempo).
Y escuchando y entendiendo… para no entender; para confundirme sobre lo que intento comprender…

…Van cambiando. Inexorable cambio…
El cambio del arte. El cambio de aquella capacidad de imaginar para expresarme. El cambio, continuo, eterno.

Cambio yo
Cambias tu
Cambia el y ella
Cambiamos  TODOS nosotros
Cambiáis Vosotros… reyes de los cielos,
Cambian ellos y ellas…
Y Ud. Y yo seguimos cambiando

Estoy descubriendo el re-descubrimiento de este arte… La escritura, quizás el más complejo sueño de todo artista. De todo ser que anhele desahogar el alma en algún medio que salga de  cualquiera de los siete sentidos.  Que ese desahogar se haga forma independiente, que nazca, que sea libre, que muera, que se entierre para que en algún lugar en algún tiempo vuelva a vivir… efímeramente, por supuesto.


Este difícil arte. El desafío de hacer  la sencillez de la belleza ambigua e infinita, de aquello que es el arte.
Y es cierto, ya hace varios siglos o quizás desde siempre: “nihil novi sub sole.

Aunque, “Todo cambia”.

¿Qué más se pretende QUERER inventar?

El ser humano es  tan…
Tan…
Ser humano...

AHORA


nos referimos a Cofasso, a este lugar,que a su manera, es donde la inspiración hace fluir caudales de fuego del arte escrito.