martes, 12 de agosto de 2014

¿Sabés qué?... Pasan los días. Las horas, el tiempo. No vamos a ningún lado.
No sé qué más espero. Todos me dicen que me estoy equivocando, y cada vez, tengo que callarme y darles la razón. Me estoy quedando sola, porque me estoy equivocando. Porque estoy ciega, porque todavía creo en vos.
Y no me cuidas. No me pensás. Está bien. No tenés porqué hacerlo. Si no te sale del corazón, no te sale y punto.
Pero ya estoy cansándome.Yo siempre lloro desde adentro. Ya estoy cansándome de aguantar que hagas lo que tanto prometés y jurás, pero se te olvida, se te pasa, no te sale, no está el sentimiento.
Me paro hoy aquí, y miro hacia atrás, todo el camino. El largo camino y de varios años. Me hiciste feliz, me hiciste muy mal. Pero ya no puedo seguir creyendo en la felicidad tan perfecta que una vez fue. Nunca volveremos a eso.
Nunca seré tu oxígeno, nunca voy a ser tu luz. Nunca voy a ser lo mejor, ni la persona que te haga desear llegar hasta el fin del mundo. Esa persona, no voy a ser yo.
No quiero más besos. No quiero más esperanzas. No quiero que me retengas más. No quiero que me mientas más.

No quiero seguir sufriendo cosas por vos.
Porque todo, todo es en vano. Ya no tengo ganas de hacer nada, ni por vos ni por mi.
Que se desintegre todo, día a día, hora tras hora... con este tiempo. Con la muerte.

AHORA


nos referimos a Cofasso, a este lugar,que a su manera, es donde la inspiración hace fluir caudales de fuego del arte escrito.