domingo, 28 de agosto de 2016

Contraseña: Uróboros.

 
No hay paso en vano.
Horas después de despertar pienso en que al menos no corté el hilo de la construcción del cuerpo del futuro.
De la cadena de hechos que me harán llegar a...
Yo se que hablar de algo que no se conoce, es poco serio.
Es cierta mi incertidumbre. Pero cierto es también que no cualquier cosa puede arbitrariamente detener mi atención.
Después de haber pensado varias conclusiones puedo afirmar que sí hay algo especial. Singular.
Por intuición, por riesgo, seguir. Agregar el otro paso.
(...) Me arrebata a veces una especie de lamento decepcionante. Cuesta mucho sostener una convicción. Pero con todo soy capaz de hacerlo. (...)
 
No es cuestión de ir y estrellarse contra el destino del viaje.
Analizo la voz, el tono sedoso. El aliento de color brilloso, el accionar de las palabras. Ejecutando al cuerpo de la observación, hostigando maltratando con amor cada parte en suspenso del aire. El remolino de arena invisible. Yo que me vuelvo invisible. Los cabellos al unísono. El gozar lo inesperado, es decir, levantar la vista e identificar el movimiento en cuerpo, el gesto arduamente auténtico.... de un mismo ser que una vez...
El mismo rasgo. Origen, desde el lugar en donde se concentra su existencia más rutinaria.
Y salgo de los vestuarios y un poco me siento como ajena a todo el predio. Pero no, nada de ser extraño a cada pedazo de recuerdo, que en la infancia o en parte de ella,  o en parte de los antepasados... nada que sea extraño o ajeno. Bien parados los pies sobre el lugar al que siempre pertenecí. Cada gota sudada, cada inconciencia disfrutada. Y me volví por un buen momento, una estatua invisible. De piedra por rígida, invisible por no ser yo la observada.
El viento fue un detalle espectacular del paisaje. De mi visión. Habrá sido un regalo de esos dioses arbóreos, quizás si les hablara más podrían ayudarme mejor.
 
Por otro lado... de estos humanos no hay ninguna noticia que contribuya al obsoleto análisis estratégico de combate. Estos humanos no pueden identificar la desesperación del otro. Han sido educados para respetar y ofrendar al ombligo de sí.
No entiendo nada. ¿Por qué todo tiene que tener un nombre?
 
 
Entonces... ¿aún seguirá aislada?
Hasta que un viento re-solple.
Recordar, anotarse en la palma de la mano: atender, observar, callar.
Atender
Observar
Callar
V
 
 
 
Brindis de cuerdas desafinadas por el día 25/VIII. Brindis de voz desgastada, manchada, decolorada. No es sufrimiento, dice, desde dentro. Marco el interno, llamo, atiende el actor de circo, pero corrobora pronto que está hacia otras calles y traspasando otros alambres. No tienen púas, pero sí distancias. Insistencia en la demencia - otro sinónimo para algunos locos de la periferia de la sociedad. Se me aparece el Uróboros. Podría retenerlo por la espalda. Metáfora de mi misma... El dragón rojo, que se come la cola de sí mismo. El viento... detalle perfecto.
El viento, aquel único que puede jugar con tu pelo.
 
 
 

AHORA


nos referimos a Cofasso, a este lugar,que a su manera, es donde la inspiración hace fluir caudales de fuego del arte escrito.