lunes, 28 de noviembre de 2016

Otra víctima más de περιφρόνηση

No le sonríen más las piedras. Tremendas letras, tremendas palabras. Resuenan. Empañan el momento de dolores viejos. "Está bien", sigue asumiendo la vergüenza que perdió hace mucho.
El color de los ojos, se le aclara con el sol. Filosofa mucho, de eso se quiere recibir. Un mechón de su cabello sobre su frente, es lo más perfecto que puede haber en la contemplación fortuita de la conversación. Sin embargo está sufriendo por un borracho -Dioniso siempre ataca a los enamorados cobardes y a los nenes de mamá-. Por mi parte, hace mucho que no me quedaba en casa a solas con alguien. Y así descubrió mi verdad. Suerte que fue después de varias tormentas, y lentamente, disimuladamente* logra que yo me reconcilie con los días. Tiene un nombre sideral. Mi alma no cae en cualquier ilusión, pero sí que sueña perfecto. Le digo que ejercite la escritura. No sabe de esto que escribo. Le digo que se descargue todo lo que pueda. No sabe que mientras pienso, escribo. No sabe de este misterio. No lo va a saber, tampoco.
Jamás mi aire vacío de alrededor se adelantó a sentir una nueva química... y eso tan difícil de volver a compartir una "complicidad" con alguien. Y fue en esa soledad extraña pero cotidiana... Además, ahora me quedó la capacidad de identificar cuándo los hados quieren que pase algo y cuándo no. Después de varios años si no se aprende a las piñas verbales en plazas o en miles de silencios filosos, no se aprende más... Bueno, en su caso, todavía le falta. Pero no. Tiene un aura singular. Sabe de mí, y a cambio me dio su historia. La comparte todos los días. Este tren, no sé a dónde, nos llevará. No sé a donde. Intuyo hasta donde, pero necesita tiempo. Después de todo esa abstracción, ese invento perfecto, es la esencia de la vida.
Me busca; sabe que tengo la respuesta correcta aunque no le guste escucharla/leerla, y eso es lo que más me gusta: Se enfrenta al remolino y no me suelta la mano.
Son voces varias que escucho mientras me dejo llevar en el pasar de los días. Y cuenta mis lágrimas y las guarda, y las cura. Y yo cuento las suyas, las guardo, las curo, las transformo en cristal para que coleccione tesoros. Es una luz, es un ouranós perfecto. Perfecto porque por suerte advierto sus defectos, y ya los adopté, y ya los quiero. Me da tanta paz. Hace mucho no la recibía de alguien. Creo que con otra forma, me la ha devuelto, pero tiene otro don luminoso en su interior, otro toque, una electricidad más sincera. A demás, lo que le sobra no son silencios, lo que le sobra es su risa, su carcajada natural. Espero que sea feliz así. Me gusta que ría. Entiende de la simpleza. La sensibilidad de la presencia que invoca el silencio la deja sólo para cuando me respeta al escuchar el rito perfecto.
Pero, nada es fácil. Ya habrá sospechado. Sin embargo, no me importa, no me asusta. Para nada. Tampoco voy con remos, nadando sobre una estrategia minuciosa, no. Me sorprende con cada paso insignificante, da uno que deja huella. Es que, en realidad, es gigante. No tengo un plan especial, se arma sola la trama. Y ya dije que aprendí a leer qué se le canta a los hados hacer conmigo. Me resigno bien, si es en su Compañía, metamorfósica, metamorfísica, metamor, metafísica...





Va a poder sobrellevar bien la ausencia que le toca padecer. Aunque no se de cuenta. Yo voy a despertar su mirada. No importa que un pseudolusApollus le haya preparado un hechizo de desayuno -con falacias (ad hominem)-, no importa. No importa. Padece, y esta bien que padezca, así se construye en sabiduría. Descubrirá.
Ésa es su metafísica.

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* Disimular: "¿Se puede ir más lejos? La ambigüedad expresa al ser en tanto que disimulado, dice que el ser es en tanto que disimulado. Para que el ser realce su obra debe estar disimulado: trabaja disimulándose, está siempre reservado y preservado por la disimulación, pero también sustraído a ella; la disimulación tiende entonces a convertirse en la pureza de la negación. Pero al mismo tiempo, cuando todo está disimulado, la ambigüedad dice (y este decir es la ambigüedad misma): todo ser es gracias a la disimulación, el ser es esencialmente ser en el seno de la disimulación."

lunes, 7 de noviembre de 2016

Ojos sables

Aún quedan puertas abiertas. Se abandonaron las llaves (ssí, ellas entre sí). Una la dejó a la otra.  Las cerraduras vomitan por todo el piso. Paredes...de un azul sideral. Seres en negro.
Era justamente, ese, el recuerdo (Llamaba a un marinero, La alada, captando al parapleontas).


Escuchando el motor; cerré los ojos e imaginé una gran tormenta sobre su casaLa vibración del motor fue un mantra continuo para entrar en el trance del sueño rápido -de siestas de colectivo- qué manera la ansiedad de matarme al llegar a su casa. Qué adrenalina.Habré delirado... porque estaba muy fuera de mí. Ciertamente vi en ese lapsus una gran tormenta gris y azul. Las nubes se enroscaban, los rayos ladraban. Sobre la tormenta las imágenes de los suyos, hermanos y padres, se levantaban como dioses. Enormes, soberanos, con la mirada templada meditando. Cada uno de un color. Pero era de ella el blanco. La tormenta era el límite de la realidad. Cada dios suspendido dejaba caer su cordón umbilical característico a la casa. Un hilo de oro la ataba allí. Finamente extendido por el cielo. Parecía de fuego. Los dragones se disponen a luchar en las tormentas, nunca gana ni el azul ni el rojo. Nunca le gana uno al otro. La pérdida mutua los empata. Yo vi a esos dioses tan esbeltos, conectados a ese extremo del mundo, esa casa tan extraña. Desperté.


No hay luz aquí. Es oscuro el discurso. Sumergido en fosas marinas, lejos de un cielo ideal.
No aflije
No ejecuta
No párpadoseduce
No embrujaencartela

Los ojos sables que no veo. Clavan la mirada petrificadora.

Pero... no comprendo el ensimismamiento. Extraños únicos olores. Extraño ahogarme en algunas felicidades, miserabilidades, anzuelos.
[Se pregunta mil veces el mismo asunto, y lo peor es que no sabe hacia donde quiere ir de preguntar.
No hay mandíbulas que a veces soporten el peso del silencio.
Qué pasara por esa cabeza]

Hasta que reacciono:
Es cómo un movimiento involuntario como cuando se sueña que te caes por el vacío, con electricidad te tira el músculo ocular desde la lumbar... en eso te tira hacia la tierra. Problema tuyo donde caiga la oscuridad del cometa. Los astros te andan negando.

AHORA


nos referimos a Cofasso, a este lugar,que a su manera, es donde la inspiración hace fluir caudales de fuego del arte escrito.