sábado, 28 de noviembre de 2015

des-prender-se(r)

Todas son claves válidas... pero en realidad , solamente una es la correcta.

Desde aquel tiempo ya lejano
Es dentro mio , de forma inefable , la
Soledad de la espera... Me canta como siempre. Y envuelve su voz alrededor de mi alma azul, como una serpiente aireada, en ese tiempo donde el cielo vomita lágrimas que no llenan ningún vaso.

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Pero me abarca el patrón de poder insistente.
Reduce mi mente y mi sentir hegemónicamente sin dejarme ad...
Entonces , con un pocobastante y adormilante alchol en la sangre, cada noche de a poco de a mucho, se escapa a esa Soledad. Que no sé bien si paga ella las sonrisas falsas que alquila para mí.
Que no sé que tan sola me deja dentro de Mí.
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No le pongo nombre a estas escrituras pero todo el tiempo intento situarme en las fronteras no marcadas de estas sombras, silencios... silencios...

"Tenes que tener cuidado con los silencios, Magdalena"
Tal cual... también son como serpientes, pero invisibles. Y a mi me puede mucho todo aquello que puedo ver. Ese es el patrón de poder que me insiste la existencia.

"Tenes que tener cuidado con los silencios que tus ojos ven, Magdalena"
¿Cómo? ¿Cómo?
Ser así no puede ser gratuito.
Prender estas llamas en las escrituras, no tienen nada que ver con una intención, más bien es un orden del sentir interno, del silencio que ni yo digo, o quizás no advierto, es algo desordenado que tiene su racionalidad interna. No puedo advertirla. 
Des-menuzar el mundo, creo que decían en estos términos una vez, dos zorros. Y de repente, después de haber volcado esto, me doy cuenta que soñé en algún tiempo con una manada de zorros rojos... como esos míticos arguedianos. 
¿Cómo? ¡Cómo!
De pronto pensé que esto no es literatura. Ni admitirá serlo, ni siquiera aspira. Es simplemente un intento inservible, inservivible, invisible, de visibilizar estas idioteces internas que molestan como diamantes de carbón debajo del colchón mientras intento dormir.

Después de todo, me vuelvo a acordar como aumentó en raíz cuadrada mi Soledad, mutiplicando cuantitativamente, la duración, la intensidad... Y perdí mi credencial, perdí la capacidad de sobreremar los mares dudosos. También esos profundos mares de pensares líquidos y opacos. También esos... sí. El Sr. Concienzudo me habla desde las pinturas gastadas que están en la pared de mi habitación.

¿El mundo no tiene mejores o cosas más importantes que hacer que intentar darme consejos?

Quizás solo quiero entender lo que quiero, pero en realidad me parece más real y adecuado decir que uno entiende lo que puede, dentro de lo que se quiere. Por eso  me desprendo de todo cada vez que logro ver que me estoy aferrando (y mintiéndome) a  mí misma a algo.


Brutal ejercicio. Inservible. Invisible. De nuevo. No es sólo una cosa, hay más de una aquí entretejida en estas líneas irregulares. Las claves no están a la visa. Las llaves están guardadas.
Los nombres, las letras, las personas, las caras, los hechos están desmenuzados, desparramados, rendidos, enterrados, todos fundidos, en una sola cosa.... Cosa por decir que es algo, simplemente no tiene nombre (al menos no, aún, el indicado).

Que leo todo, que veo todo, que escucho, que recuerdo, que no olvido, que olvido lo que quiero, que recuerdo lo que selecciono, que sueño cualquiera, que pienso infinitamente, que sigo viendo... sigo viendo.... que creo cosas inexistentes. 

Todas son claves válidas... pero en realidad , solamente una es la correcta.


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nos referimos a Cofasso, a este lugar,que a su manera, es donde la inspiración hace fluir caudales de fuego del arte escrito.